Los cultivos asociados logran buenos resultados, como ocurre con una combinación de tres especies de época invernal, que son la avena negra, el lupino y el nabo forrajero, sembrados al voleo en el mismo momento y sobre la misma superficie. La práctica de consorcio de tres cultivos trae aparejado logros interesantes, a la vez que provee al suelo de mucha materia orgánica. Esto con la posibilidad de una buena aireación de los terrenos agrícolas degradados y compactados, y el aditivo de poder iniciar una buena práctica de siembra directa. Todo esto es posible sin el pesado laboreo en la preparación del suelo para la siembra.

En la pasada agricultura, o sea en la tradicional, la creencia errónea y añeja de los manejos nos ubica en el pensamiento equívoco que siempre pregonó aquello de que el cultivo más limpio en nuestras hileras dará como resultado un mejor rendimiento agrícola y edáfico. Esta afirmación quedó desechada al comprobarse que mientras más cobertura verde se proporciona al suelo, siempre será mejor. La azada, las carpidas permanentes o el insistente herbicida no son compañeros ideales de un buen manejo edáfico. Los fuertes rayos solares de nuestro verano y las impactantes gotas de los chubascos estivales sobre el suelo limpio no hacen sino compactar y favorecer desmedidamente la fácil germinación de las malezas de temporada, en los primeros estratos del perfil del suelo.

UNA PRÁCTICA RECOMENDADA
Una práctica que debe difundirse es aquella utilizada por los productores que recibieron la necesaria capacitación y que, por el poco espacio de tierra cultivable y disponible, deben adecuarse a sus condiciones: “consorciar algunos cultivos en el mismo espacio”. Muchos productores usan este sistema actualmente para poder llegar mínimamente a lo que la agricultura de nuestro tiempo exige: que la finca, en lo posible, se convierta en un minisupermercado.

Varias experiencias en finca demuestran la posibilidad de asociar mandioca con cebolla u otra variedad de hortalizas como perejil, cebolla de hoja, lechuga, orégano y repollo; todos en un mismo espacio.

Igualmente, plantas como la manzanilla (invernal), el zuico, el romero y el ajenjo se cultivan como repelentes de las plagas en muchos cultivos susceptibles, que crecen y se desarrollan de manera orgánica sin el empleo de los agrodefensivos convencionales. El poroto puede usarse siempre como asociado de numerosos cultivos como la mandioca, la caña de azúcar, el maíz, entre otros, por el gran aporte de masa verde nitrogenada, por el papel de herbicida que ejecuta, por ser un cultivo trampa, por mantener la humedad del suelo, y por otorgar sus vainas y proteicos granos.

Por todo lo expuesto, se puede afirmar fehacientemente que una práctica a emplear en las fincas agrícolas consiste en la búsqueda de los cultivos que puedan hacerse fácilmente amigables.

Publicado por BS DD on
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