Los agroquímicos incluyen fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas. También se incluyen sustancias como las fitohormonas o reguladores de crecimiento. En 1960, nació la revolución verde, la cual pretendía acabar con el hambre mundial, incrementando la producción de alimentos por medio de la explotación intensiva de monocultivos, técnicas industriales, selección genética y agroquímicos, en especial de plaguicidas.

Por desgracia, los beneficios que trajo en un principio la química mas tarde mostraron graves consecuencias que ahora amenazan con diferentes ecosistemas, también inducen perdida de biodiversidad, erosión, contaminación del agua, y perturbaciones de las relaciones naturales predador – presa. Aunque en teoría existe un desarrollo mejorado de plaguicidas, en países en desarrollo como los de Sur América, por cuestiones de costo y eficiencia, aun me mantiene el uso de plaguicidas altamente tóxicos, persistentes y bioacumulativos, como por ejemplo el DDT.

Existen varios criterios para medir los efectos de los plaguicidas. En primer lugar la toxicidad para mamíferos y no mamíferos expresada en dosis letal. La respuesta toxica puede ser aguda, es decir la muerte, y crónica, que no provoca una muerte instantánea, pero si tumores, cáncer, inhibición del crecimiento entre otras. En segundo lugar esta la persistencia, que se mide en vida media, es decir el tiempo que se necesita para que la concentración disminuya a la mitad. En tercer lugar, los productos intermediarios que se forman por la degradación del compuesto original, los cuales pueden llegar a ser incluso más tóxicos. Por ultimo, el destino ambiental, el cual depende de la afinidad del compuesto a la materia solida, al liquido, a la forma gaseosa y la biota, y comprende por ejemplo el coeficiente de absorción del suelo, solubilidad etc. Adicionalmente se encuentra la presencia de impurezas, es decir componentes que no forman parte del ingrediente activo del agroquímico, pero que puede llegar a ser incluso más tóxico.

Tienen además efectos en la salud humana. Estos pueden ser provocados por tres medios: contacto a través de la piel, inhalación e ingestión. Aunque normalmente los trabajadores agrícolas son los que están más expuestos a los riesgos asociados a la inhalación y contacto con agroquímicos, la población entera esta expuesta a la ingestión de alimentos y agua contaminada con plaguicidas. Entre los efectos se ha descrito cáncer, deformaciones congénitas y deficiencia del sistema inmune.

Aunque sin duda los agroquímicos tienen efecto sobre los organismos y la tierra, se reconoce que el mayor daño es el que se da en el agua por escorrentía o filtración de plaguicidas dado que esta es utilizada por diferentes organismos. Existen dos mecanismos de interacción: la bioconcentración, que es el movimiento del químico desde el medio hasta el interior de un organismo, y la bioampliación, en relación a la acumulación del producto en la cadena trófica.

Los efectos no son únicamente a nivel de organismos individuales, el uso de agroquímicos también afecta los ecosistemas. Disminuye la biodiversidad, al restringir el número de hierbas y microorganismos, lo que desplaza el equilibrio de especies dentro de la comunidad. También influye en la fertilidad de los suelos, por inhibición de la nitrificación y disminución en la fijación de oxigeno.

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