Desde hace diez años, profesionales de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral en Argentina investigan la implicancia de la contaminación ambiental sobre la población de anfibios en el Litoral argentino y aseguran que el fenómeno de las malformaciones en estas especies va en aumento.

En particular analizaron los efectos que las sustancias tóxicas causan sobre los organismos y las alteraciones del ambiente en el cual viven. Desde la mirada de la ecotoxicología, “el hecho de que un contaminante pueda matar al 50 % de los individuos de una población puede significar poco o nada, pero si ese contaminante retarda el desarrollo o madurez de un número apreciable de individuos, pueden presentarse importantes alteraciones ecológicas. De la misma manera, si un contaminante modifica las condiciones del medio en que habitan los organismos, las consecuencias ecológicas pueden ser más importantes”, aclaró el investigador.

Malformaciones.

En diálogo virtual con EL DIARIO, el profesor Lajmanovich dio cuenta de los avances de la investigación en curso.

“Comúnmente se habla de que cada vez hay un mayor número de personas afectadas de cáncer, tumores, etc. Pero también los ecosistemas están enfermos y nos están dando señales. A nivel mundial y desde hace varias décadas se han incrementado las observaciones de malformaciones, enfermedades y declinaciones en las poblaciones de algunos grupos de animales considerados “bioindicadores altamente sensibles” como los anfibios (ranas y sapos).

También se han producido extinciones de especies y la mayoría de los ecosistemas del mundo están siendo perturbados por todo tipo de acciones humanas. Especies no relacionadas son afectadas por malformaciones, situación que estaría indicando que el origen de las mismas no sería genética, sino ambiental”.

La mayoría de las anomalías reportadas en ranas y sapos son: miembros deformes, miembros extras, ausencia de ojos, ausencia de miembros y miembros divididos”.

Entre las causas de dicho fenómeno se halla “la acción de parásitos, la mayor incidencia de la radiación ultravioleta y principalmente se ha comprobado que la contaminación producida por agrotóxicos causa malformaciones esqueléticas en anfibios”, añadió.

Un importante trabajo científico señala al glifosato como un potente inhibidor de las enzimas colinesterasas y también figura otro que demuestra cómo la fauna silvestre (en este caso, los anfibios) está en un serio riesgo ecológico por el avance de los cultivos de soja.

A la hora de hablar del trabajo de campo realizado y los resultados obtenidos en este recorrido de investigación, el director del equipo mencionó que detectaron en Entre Ríos, “en coincidencia con el mayor uso de agrotóxicos y el aumento de la deforestación para expandir el área sembrada, producida en los últimos años, un notable incremento de casos de malformaciones esqueléticas en ranas que muestran deformidades consistentes en la fusión y reducción de huesos de las extremidades, miembros supernumerarios”.

Uno de esos hallazgos se produjo en el área natural protegida “Parque General San Martín”, que está en La Picada, Entre Ríos, sobre la cuenca de desborde del arroyo Las Conchas que desemboca en el río Paraná.

Asimismo, informó que en “ambientes acuáticos y tejidos grasos de animales, se han determinado concentraciones de insecticidas organoclorados (endosulfán) que se encuentran por encima de las normas de permisibilidad y en el suelo de la provincia se han registrado diversos compuestos ecotóxicos como por ejemplo, atrazina y 2,4-D”, precisó.

Por otra parte, Lajmanovich destacó que “la eutrofización (en general, consecuencia directa del uso masivo de fertilizantes) que se produce en los cuerpos de agua, provocan alteraciones reproductivas diversas y se está empezando a comprobar la acción de disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal)”.

“Uno de los factores clave a tener en cuenta son los efectos no deseados de los agroquímicos. Estas sustancia xenobióticas (xeno: extraño y bio: vida) son difícilmente metabolizadas por los organismos y evolutivamente no existen mecanismos biológicos para ello, es por esto que la única solución es limitar y extremar las precauciones en su uso”.

Publicado por BS DD on
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